06/06/201705:00:30

Sobrevive el dinosaurio

Alberto Aziz Nassif Alberto Aziz

Alberto Aziz

06/06/201705:00:30

1.- Casi todos se declaran ganadores en el Estado de México. Después de cerrar las casillas llegó la incertidumbre sobre los resultados. El PREP empezó a registrar los datos con tanta lentitud y con datos extraños —como un porcentaje de participación completamente equivocado—, que abundaron las declaraciones tempraneras de los ganadores. Luego salió el PAN y Josefina reconoció su derrota y, un poco más tarde, el IEEM anunció su conteo rápido con una muestra de 1,347 actas y fijó los rangos del resultado. Entre el primero y el segundo quedó así: el PRI de 32.75% a 33.59% y Morena de 30.73% a 31.53%. Los priístas eufóricos cantaron victoria y los morenistas desconocieron ese resultado y dijeron que ellos habían triunfado. Una vez más había ganado el dinosaurio.

2.- Los resultados. A la mañana siguiente el PREP mostró la tendencia general del conteo. Con el corte de las 9:45 de la mañana y con 97.8% de las
actas contabilizadas los porcentajes eran: un 33.7% para Del Mazo (su rango alto)
y 30.8% para Delfina (su rango bajo), con Zepeda en un lejano tercer lugar y sólo 17.8% (un punto menos que en 2011) y
el PAN en el piso con 11.2%
(un punto menos que en 2011). Una diferencia de 168 mil
votos en favor del PRI respecto a Morena. En seis años el tricolor bajó de 64% a 33%, perdió más de un millón de votos
respecto a 2011.

3.- Las sonrisas del PRD. Los ganadores estaban sonrientes, pero los más contentos eran los perredistas. ¿Por qué Zepeda estaba tan feliz? Quizá, calculó que con ese tercer lugar y su 17% tenía fichas suficientes para volverse una pieza importante en su partido y negociar su lugar rumbo al 2018. Hace tiempo que ese partido renunció a gobernar y a ser uno de los grandes, hoy es un nuevo verde. Su papel es ir a las alianzas con el PAN o el gobierno y dividir el voto opositor, como lo hizo en esta campaña. Si a alguien le puede agradecer Del Mazo por su resultado del domingo es, sin duda, a Zepeda.
4.- Una elección de Estado. Resulta impresionante la forma en la que se canalizaron los recursos del gobierno federal al Estado de México, las visitas de los secretarios de Estado y, por supuesto, los enormes recursos del gobierno de Eruviel Ávila. Este paquete de recursos aceitó una de las elecciones más costosas en ese territorio, no hubo límite de recursos. Millones y millones de pesos para comprar el voto y para el acarreo masivo. Para Peña el escenario era ganar al costo que fuera y conservar el ciclo de poder y corrupción rumbo al 2018. Todos los presagios se confirmaron, estamos frente a un dinosaurio que se alimenta de la pobreza y, sobre todo, de la fragmentación del voto opositor.
5.- Morena ganó y perdió. Si se miden los recursos del PRI y del aparato gubernamental resulta una cancha completamente dispareja, en donde lo que menos hubo fue equidad en la contienda. Por eso es impresionante lo que lograron Morena, Delfina y López Obrador en muy poco tiempo. Ganaron en presencia y se ubicaron como la fuerza opositora a vencer. Quedaron sólo tres puntos porcentuales por debajo del PRI y sus aliados, en unos comicios plagados de irregularidades, sin equidad y con un voto fragmentado.
6.- El alimento del dinosaurio. Las razones del triunfo del PRI no están en sus resultados de gobierno, ni en las cifras que tiene el Estado de México, que son pésimas tanto en violencia, feminicidios, corrupción y pobreza, como en falta de oportunidades para los jóvenes (Proceso #2118). Tampoco es por el carisma del candidato del PRI o los buenos resultados del gobierno federal, que tiene un presidente completamente reprobado. Las razones son por el tamaño del aparato y la fragmentación del voto de la izquierda. Aquí hay una lección básica rumbo al 2018. Morena necesita de una alianza progresista amplia para la sucesión presidencial, en donde también pueda ir el PRD. Esa es la manera de detener al dinosaurio, porque de lo contrario podemos ver la repetición de este proceso en el 2018.
7.- Hoy todo huele a conflicto. Con una autoridad capturada y con Morena sin reconocer el triunfo del PRI, viene un litigio largo y fatigoso, una judicialización y un recuento de todos los votos. Este conflicto ya es el inicio del 2018…