15/07/201705:00:24

Paso Exprés, la vía de la corrupción

Alejandra Barrales

15/07/201705:00:24

Este hecho evidencia la falta de escrúpulos de quienes construyen y supervisan obras de infraestructura carretera

“Lo único que yo quiero es justicia”, afirmó contundente Sonia Mena tras perder a dos familiares, padre y hermano, y todas las y los mexicanos estamos con ella, exigiendo justicia. Juan Mena López y Juan Mena Romero salieron temprano a trabajar, acostumbraban hacerlo en bicicleta y ese día usaron su vehículo, pero ya no regresaron. Ahora están muertos por la negligencia, la corrupción, la falta de escrúpulos de quienes están a cargo de construir y supervisar obras de infraestructura carretera en el país.
No puedo imaginar el sentir de la joven, de su madre, tras ver a sus familiares sepultados por toneladas de cemento, sepultados por la indiferencia de las autoridades, que hicieron caso omiso a las advertencias de que algo estaba mal en esa vía, que tenía apenas tres meses de haber sido inaugurada.
Una vez más vemos a mexicanos padecer por la ineficiencia de servidores públicos, por la insensibilidad de funcionarios que valoran en 500 mil pesos una vida humana, antes que ofrecer condolencias, y que se niegan a reconocer su responsabilidad ante un suceso de tal magnitud.
Estamos ante un caso de omisión, porque hubo varias advertencias que alertaban a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de las fallas en la obra, a pesar de que costó 2,200 millones de pesos. Fallas que no se atendieron. Apenas el primero de abril pasado su titular anunciaba, vía redes sociales, las bondades de la nueva vía, destacando la construcción de drenaje, la calidad de los materiales.
Lo ocurrido en Paso Exprés es más que un error monumental, es una equivocación que ahora cobró dos vidas, pero que pudo ser de mayor magnitud al tratarse de una de las carreteras más transitadas del país.
No basta la promesa de que se aplicará la ley, de que se investigará y se realizarán peritajes. No es suficiente cubrir los gastos funerarios de las víctimas, a las que tardaron más de 9 horas en rescatar. No alcanza con la remoción del delegado de la SCT en Morelos. Este caso no debe quedar impune.
México no puede más con tanta impunidad. Hoy en día, 91% de los delitos que se cometen en México queda sin castigo. Tampoco basta con una renuncia, los responsables e involucrados en esta imperdonable desgracia deben ser removidos de sus cargos y procesados conforme a la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, porque hicieron mal su trabajo, porque defraudaron a la gente y porque no cumplieron con su obligación.
Pienso en el sufrimiento que causó a la hermana e hija de las víctimas haber recibido la llamada que les anunció lo ocurrido. Ver sumido en el fondo del socavón el vehículo en que viajaban sus familiares. Pasar nueve horas de angustia hasta que sus cuerpos fueron rescatados. Tener que escuchar al responsable de las obras carreteras en el país culpar a las lluvias y a la basura de la tragedia. ¡Imperdonable!
Lo que vemos es resultado de la opacidad en el servicio público, en la asignación de obras “a modo”, que derivaron en lo que puede ser considerado ya como la peor obra de infraestructura que se haya construido en el país.
Juan Mena López y Juan Mena Romero merecen justicia. Dejaron a dos familias rotas por el dolor y que ahora solo claman por castigo para los responsables, porque todos los implicados en este lamentable suceso dejen de echarse la bolita y asuman su responsabilidad o renuncien, en tanto se realizan las investigaciones pertinentes. Mi solidaridad con los deudos de las víctimas.